Sigo pensando en ti como en las olas del mar que se envuelven en sí mismas y se olvidan de nadar. Sigo esperando el día para verte despertar. Tú me das la luz. Quiero mirar tus ojos que me saben perdonar, y mi alma se hace añicos solo oírte respirar. Tú le das sentido a todo incluso a esta oscuridad. Tú eres luz. Tú no tienes la culpa de las cosas que duelen, tú me haces bello el retorno y das sentido a lo que viene. Tú no tienes culpa, ni yo. Me has entregado versos que ni el cielo podrá, me has llamado con la fuerza de la voz del huracán. Tú me has abrazado cuando todo andaba mal. Tú me diste luz. Tú me diste calma y me la enseñaste a usar. Tú trajiste lunas nuevas, nuevecitas a este mar. Yo prendí en tu pelo un alfiler de libertad, porque eres tú. Tú no tienes la culpa de las cosas que no valen. Tú me haces bello el retorno y eres más bella que nadie. Tú no tienes la culpa si te pierdes el baile. Tú me haces bello el desastre, si quisieras perdonarme. Yo no tengo razones pero me da coraje. No quiero que te roce ni un solo fleco de este aire. Tú no tienes la razón, ni esta canción, ni yo.
Mañana.
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