domingo, 11 de septiembre de 2011

Octavo día

El octavo día Dios, después de tanto trabajar para liberar tensiones luego ya de revisar, dijo: "todo está muy bien, es hora de descansar", y se fue a dar un paseo por el espacio sideral. ¿Quién se iba a imaginar que el mismo Dios al regresar iba a encontrarlo todo en un desorden infernal? Y que se iba a convertir en un desempleado más de la tasa que actualmente está creciendo sin parar. Desde ese entonces hay quienes lo han visto solo en las calles transitar. Anda esperando paciente por alguien con quien al menos tranquilo pueda conversar. Mientras tanto, este mundo gira y gira sin poderlo detener y aquí abajo unos cuantos nos manejan como fichas de ajedrez. No soy la clase de idiota que se deja convencer, pero digo la verdad, y hasta un ciego lo puede ver. Si a falta de ocupación o de excesiva soledad, Dios no resistiera más y se marchara a otro lugar, sería nuestra perdición, no habría otro remedio más que adorar a Michael Jackson, a Bill Clinton o a Tarzán. Es más difícil ser rey sin corona que una persona más normal. Pobre de Dios que no sale en revistas, no es modelo ni artista de familia real.

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